domingo, 5 de febrero de 2017

LAS TINIEBLAS DEL TIEMPO: PENUMBRAS


Nacer, vivir y morir en el presente
y  hacer  intangible su  pasado
Pero el ayer esta allí acostumbrado
Proyectado en el hoy muy convincente

Mente y espíritu insistentes
Proyectan  el pasado y el futuro.
Astronómicos viajes inmaduros
Imaginando el universo omnipresente

Tinieblas y penumbras, vagos sueños
Ajustes, correcciones segun hechos
Presente y porvenir se ven maltrechos
el cambio Natural no tiene dueño.

Lo de ayer, lo de hoy, lo de mañana
Los tres tiempos conviven pegaditos
Y aun que todos van al infinito
Los tres van viajando en caravana

Imágenes y rostros congelados
Grabados para vivir en el presente
Testimonios del tiempo que insolente
espera  en la penumbra agazapado.

El presente se regocija y se nutre,
Se cobija en el pasado, en su penumbra,
Y el pasado tangible que lo alumbra
Lo alimenta lo persigue y lo surte.

Todo lo que existe en el presente es el pasado. El pasado se puede tocar, se puede respirar y vivir, pero no se puede retener para recordarlo eternamente. Solo la naturaleza, el mundo y el espacio, recuerdan y viven su pasado, presente y futuro.

Fernando Urdaneta

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Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente

ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente

ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.

Mario Benedetti
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Dentro de ti tu edad
creciendo,
dentro de mí mi edad
andando.
El tiempo es decidido,
no suena su campana,
se acrecienta, camina,
por dentro de nosotros,
aparece
como un agua profunda
en la mirada
y junto a las castañas
quemadas de tus ojos
una brizna, la huella
de un minúsculo rio,
una estrellita seca
ascendiendo a tu boca.
Sube el tiempo
sus hilos
a tu pelo,
pero en mi corazón
como una madreselva
es tu fragancia,
viviente como el fuego.
Es bello
como lo que vivimos
envejecer viviendo.
Cada dia
fue piedra transparente,
cada noche
para nosotros fue una rosa negra,
y este surco en tu rostro o en el mío
son piedra o flor,
recuerdo de un relámpago.
Mis ojos se han gastado en tu hermosura,
pero tú eres mis ojos.
Yo fatigué tal vez bajo mis besos
tu pecho duplicado,
pero todos han visto en mi alegría
tu resplandor secreto.
Amor, qué importa
que el tiempo,
el mismo que elevó como dos llamas
o espigas paralelas
mi cuerpo y tu dulzura,
mañana los mantenga
o los desgrane
y con sus mismos dedos invisibles
borre la identidad que nos separa
dándonos la victoria
de un solo ser final bajo la tierra.



Pablo Neruda

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