domingo, 20 de enero de 2013

EL RECUERDO


DE TI ….SOLO ME QUEDA EL RECUERDO



Era morena de ojos verdes, alegre y juguetona, muy de su casa, adolescente aun, con sentimientos a flor de piel, deseosa de decir cosas, de hablar y expresarse libremente. Quizás tendría 16 años. Era hermosa, femenina y muy valiente, de sonrisa amplia y agradable. Amable y servicial con muchas ganas de dar amor y de recibirlo, enamorada hasta lo mas profundo de su ser, a punto de explotar y decir a los 4 vientos “Te amo con todo mi corazón”. Su mirada la delataba, la dejaba desnuda ante los ojos de él. Cada día era mas fuerte aquella atracción, era insoportable, cada tarde, a tempranas horas vespertinas y antes de caer el atardecer ya estaba presta, arreglándose, asomándose por la ventana, esperando verle venir, aun sabiendo que el motivo de la visita de aquel muchacho tímido era por la amistad que mantenía con uno de sus hermanos y su actitud no mostraba ni la mas mínima muestra de interés en ella, y aun así, ella lo esperaba con una amplia sonrisa y lo recibía con palabras cariñosas, quizás esperando que el se diera cuenta, se percatara de su interés. Y no era que el muchacho no lo notaba, él lo percibía plenamente, era muy evidente aquella manifestación de cariño,, amor y deseo profundo. Aquella invitación a sentarse cuando él llegaba, brindándole la silla que ella ocupaba y el atrevimiento de ella de sentarse en sus piernas aprovechando que estaban solos , en expresión espontanea que despejo las dudas de su desenfrenado deseo por sacarlo de su timidez y de su miedo a expresarle y manifestarle sus sentimientos hacia ella. ¿Que lo intimidaba a ser tan prudente? ¿Por que no respondía con la misma pasión que ella le demostraba? Las razones parecían deberse al respeto de la amistad con su hermano quien tenía un carácter fuerte y dominante y reflejaba un cierto machismo cuando se dirigía a ella en un tono imperativo, quizás por que percibía la atracción de ella hacia el joven amigo y también como una condición heredada de su padre quien fue un militar asimilado del ejercito de la década del 40 y 50, quien convivía con ellos y siempre estaba atento a todo lo que conversábamos en grupo. Era un hombre grande y corpulento, ya de unos 60 años y siempre portaba unos lentes muy oscuros aun cuando fuera de noche ya que según él, la vista se agudizaba y se mantenía más clara y saludable en la vejez. En su cintura, siempre portaba una pistola que lo hacia sentir mas seguro, preparado y atento a cualquier situación inesperada que pudiera presentarse, lo cual hacia sentir muy orgulloso a sus hijos varones, quienes siempre comentaban el hecho como algo digno de los valores familiares y como una condición de respeto al viejo militar. En muchas ocasiones, el viejo militar nos entretenía con sus historias y cuentos militares, pero era un hombre de pocas palabras y muy serio que mas bien gustaba de observarnos y escuchar nuestras charlas juveniles.


Los hechos….





Algo estaba pasando aquella tarde cuando el joven llego de visita como de costumbre. Todos estaban adentro de la casa y se percibía como una discusión familiar entre los hermanos varones contra la muchacha. Cuando el joven se percato de esta situación trato de devolverse y retirarse, pero la voz del amigo lo detuvo, invitándolo a pasar. El joven accedió un poco apenado ya que gustaba poco de estas situaciones de discusión por su condición de timidez y por querer ser prudente y no inmiscuirse en problemas que no le competían. Dentro de la sala se encontraba el viejo militar sentado en su silla mecedora y con su acostumbrado aspecto serio, el amigo del joven y otro hermano que poco participaba de las reuniones y tertulias que se acostumbraban hacer cuando el joven les visitaba. Muy seria y con cara afligida estaba ella, erguida y muy desafiante, su aspecto reflejaba que había llorado mucho y que algo grave había ocurrido entre ellos. Todos la miraban y escrutaban como desafiándola por algo que ninguno estaba dispuesto a tolerarle, solo su madre, quien observaba y escuchaba desde la cocina, se mantenía con la mirada baja y apenada por la presencia del joven. La tarde lucia pesada, los arboles no se movían, todo parecía de color gris, el jardín, las paredes, el techo, toda la casa entera reflejaba un malestar y un trágico momento. El joven percibió que algo con él estaba a punto de rebelarse y no se equivocó, aun que nunca pasó por su mente de que se trataba aquello, respiró profundo, cruzo una mirada con todos los presentes, principalmente con ella que parecía que intentaba decirle o transmitirle algo, pero era imposible saber de que se trataba. Muy serio, el amigo del joven y hermano de la muchacha, con su característico carácter imperativo y autoritario rompió el silencio y sin ninguna explicación ni delicadeza en el trato para con su hermana, le pregunto al joven amigo: “¿Es verdad que mi hermana y tu son novios?”. A ella se le iban a salir los ojos mirándome y el resto hacia lo propio esperando oír mi respuesta.  Nunca habían conversado ni planteado la formalidad ni el compromiso de ser novios. El joven estaba sorprendido sin saber que era lo más conveniente responder para desembarazarla a ella de tan angustiante situación. Estaba claro que la discusión entre ellos se debía a la manifiesta atracción que ella demostraba hacia el joven amigo de su hermano y ellos, toda la familia le reclamaban esa actitud de enamoramiento abierto que ella manifestaba, pero ¿Qué les diría ella, que les respondió ante su reclamo? En ese momento la pregunta era obvia, era debeladora de lo que ella les dijo quizás como salida para defenderse: “Es que nosotros somos novios”. Todo cruzo por la mente del joven en ese instante y su instinto era minimizar el impacto de la reprimenda que ella recibiría de acuerdo a lo que respondiera. Nunca imagino que aquellas manifestaciones de amor y atracción con él fueran a impactar tanto la vida de aquella familia, éramos unos adolescentes, con ímpetu juvenil, sentimientos y pasiones de juventud, algo muy comprensible a esa edad. Pero no, aquello era una cosa muy seria, ella era única hembra de la familia y los planes de sus padres y hermanos para con ella parecían que eran otros. La respuesta del joven fue tajante y rápida. Todo paso por su mente en un instante y respondió con la esperanza de que aquella decisión seria lo mejor para ella: “No, nosotros no somos novios”.


                         http://www.conplumaypapel.com/2012/02/pequeno-corazon-jesika-jaimes.html

Sus manos se posaron en su rostro y un llanto manifiesto comenzó a fluir de su boca como una derrota.

El devenir del tiempo….




                                        http://www.diviernet.com/2011/07/futbol-callejero.html

Desde muy jóvenes se conocían, eran vecinos cercanos y los muchachos del barrio se reunían para jugar béisbol o fútbol callejero. El joven visitante era poco dado al juego callejero, pero le gustaba ver jugar a los otros jóvenes. Se jugaba fuerte, béisbol o fútbol caliente, algunos pertenecían a equipos infantiles y juveniles reconocidos en la ciudad y eso le daba categoría a los intercambios callejeros. En ocasiones, algún entrenador de los equipos juveniles de la ciudad y vecino del sector fungía de árbitro o réferi de los múltiples encuentros que se realizaban todas las semanas. Por las tardes, los fines de semana se formaban las tertulias en casa de uno u otro vecino, se jugaba domino y se compartían chistes y cuentos del devenir del día, de los estudios y de las actividades que cada quien realizaba y luego compartía con los vecinos y amistades. Alguno que otro muchacho gustaba de tocar el cuatro y se cantaba en las esquinas. Era la década de los 60, se vivían aires de libertad política y existía una efervescencia juvenil contagiosa de los movimientos políticos y musicales nacionales e internacionales. Cada joven jugaba como un rol protagónico en su comunidad y en su vida particular, todos realizaban con mucho esfuerzo las tareas que la naciente sociedad les ofrecía y esperanzados se lanzaron a conquistar un  espacio en el mundo que tenían por delante. Así, compartiendo esos momentos fue como hicieron amistad aquellos jóvenes que llevaban rumbos diferentes, actividades y carreras distintas, pero que compartían esperanzas y oportunidades futuras en el devenir del tiempo. En muchas ocasiones, el acercamiento entre ellos también se debía a alguna necesidad alimenticia que uno podía ofrecer al otro, lo cual era aprovechado sin que se viera como una carencia del otro, sino como un cumplido.



                                                   http://ellibrodeapuntes.blogspot.com/

Varios días transcurrieron después de aquella penosa visita del joven  a aquella familia. No tenía valor para acercarse nuevamente hasta su casa, ni aquel amigo volvió a buscarle más desde entonces. La incertidumbre de saber que había ocurrido después de aquel incidente le rondaba en la mente, pero más lo perseguía pensar en el castigo que la joven muchacha pudo haber recibido de aquellos padres y hermanos que vieron aquella manifestación de ella como un delito o falta grave. No resistía más seguir esperando, tenía que tomar una decisión, ir hasta la casa del amigo y averiguar muy prudentemente que había pasado con ella. Sin darse cuenta, estaba enamorado, profundamente enamorado de aquella muchacha, inconscientemente estaba sufriendo, hasta llorando. Quería verla y abrazarle y besarle y pedirle perdón por negar lo que ella le dijo a sus padres y hermanos aquella tarde. Quería ponerse al lado de ella y gritarle a todos que se amaban, que si eran novios y que estaban dispuestos a decirlo a los 4 vientos. No sabia, hasta ese día, lo tan enamorado que estaba de ella.



Nunca perdió las esperanzas….



                                     http://sentimientoenpoesia.blogspot.com/2010_12_01_archive.html

Fue muy duro para el. Llego a la puerta de la casa, iría como siempre lo había hecho, de visita casual, a ver a su amigo y conversar como siempre con toda la familia. Daria las buenas tardes y entraría como de costumbre, saludando a todos. Puertas y ventanas estaban cerradas, la casa estaba sola, nadie respondió a su llamado. La familia estaba ausente desde hace algunos días le dijo un vecino. Se fueron de viaje. No saben cuando volverán. No se despidieron ni nos avisaron. Pasaron muchos días, semanas, meses, el tiempo de retorno no llego. El siguió su vida, su camino, sus estudios. El amigo volvió algún día y dejo un mensaje en su casa….salúdame al  joven y dile que estuve por aquí, que nos mudamos para otra ciudad.

Década del 70. Para el joven vinieron otros tiempos, sus estudios se convirtieron en prioridad, vino la graduación, el trabajo, mas estudios, mas oportunidades, la universidad, amistades.

Década del 80. El encuentro casual entre los amigos se produjo al fin. Vivimos en otra ciudad. Mi hermana se caso, esta gorda y fea, tiene un negocio, un comercio con el esposo. Si la vez no la conocerás, ella no es la misma, tiene un chorriero de hijos. No tenia caso preguntarle nada, aquello fue una obsesión enfermiza de negación tremenda. 

Década del 90. Viajes de placer, viajes laborables, mudanzas, cambios de habitación. La vida continúa para aquel señor ya no tan joven.

La amare por siempre….



                                          http://www.shoshan.cl/frases/siempre_te_amare.html

El nuevo siglo llego. Nunca dejó de pensar en ella. La recuerda como en aquella época, radiante, alegre, enamorada. La buscó por todos los medios, visitó varias ciudades, preguntó a todo el que veía. La juventud se fue, allí sigue su casa, su hermano mayor fallecido, de los demás no se supo mas. En el ayer quedaron los recuerdos. Aun viejo, la quiere y después de muerto  la seguirá  queriendo. Si en vida no la vuelve a ver, en el cielo la seguirá buscando.





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