sábado, 10 de agosto de 2013

¿QUE HORA ES?


Como solemos hacerlo siempre, realizábamos algunas diligencias de rutina en la congestionada ciudad donde vivíamos  a escasos metros el uno del otro.. Ese día termino tras una intensa jornada y como siempre solemos hacerlo, a la hora de buscar el refugio nos acercamos a mi casa o a la de mi amigo a refrescarnos o simplemente a conversar y compartir un poco con la familia. En fin eran las 6 de la tarde y ambos estábamos haciendo los preparativos finales del día del niño y esta vez terminamos llegando a su casa, una quinta amplia y pintoresca bordeada por un riachuelo de aguas cristalinas que la circundaba desde la loma ubicada detrás de su casa hasta pasar por el frente de la misma. La tarde era esplendorosa, así que saque mi cámara y me propuse tomar algunas fotografías de aquel hermoso atardecer. Un colorido chinchorro guindaba debajo de una enramada en el patio lateral de la casa donde estaba sentado el hijo mayor de mi amigo quien me invito a sentarme en cuanto me vio. Allí compartimos largo rato hasta que llegó un sobrino pequeño del joven adolescente y ambos se entretuvieron con sus correrías.





Ya estaba obscuro, había llegado la noche y de pronto llegó el hermano menor de mi amigo con su familia y detrás llegaron otros familiares con sus hijos y esposas. Cosa curiosa, ninguno entro a la casa y mi amigo se acerco a saludarlos y recibirlos a todos presentándome los que no conocía. Después de los saludos, todos, adultos y niños se arrodillaron alrededor del riachuelo y comenzaron a escarbar y sacar toda impureza del riachuelo. Mi amigo se me acerco y me entrego una bolsa contentiva de algunos detalles para que me llevara a mi casa, así que me propuse despedirme y tome mi bolso, el cual sentí más pesado que cuando llegue. Lo abrí y vi que la esposa de mi amigo había metido algunos adornos para que me los llevara.



En un abrir y cerrar los ojos, de pronto había llegado tanta gente, amigos y familiares de mi amigo, que entré en confusión de ver tanta gente ya dentro y fuera de la casa y la mayoría dispuestos a meterse en el riachuelo que parecía más crecido que de costumbre. No sabía precisar en ese momento cuanto tiempo había pasado pero tenía la sensación de que algo me faltaba antes de tener que retirarme a mi casa. Volví sobre mis pensamientos, ubique en mi memoria a mi familia que me esperaba también y me dispuse a recoger mi bolso y el morral de cosas que me habían regalado cuando de pronto vi otro morral al lado de los míos cargado con otros detalles. Mi amigo que estaba cerca mirándome me dijo, “Ese morral es para tus hijos”, lo abrí y dentro se encontraban tres juguetes en sus estuches. No le comente nada a mi amigo, pero solo tengo 2 hijos. Una vez dispuesto a salir con mis cosas ya recogidas la esposa de mi amigo me indica que no deje otra bolsa que está a la salida, la cual al revisarla estaba llena con tres cajas de zapatos nuevos para mí.


Descargue mis bolsas y las coloque juntas al lado del puente del riachuelo que da a la salida. Me detuve a seguir contemplando la tertulia familiar y me puse a esperar pensando que algo me faltaba. Con una sonrisa en sus labios mi amigo se me acercó para despedirse como de costumbre, sentí que algo faltaba y era que estaba esperando una cerveza bien fría que solemos compartir cuando nos visitamos, pero esta vez no llegaba, así fue que me di cuenta que había llegado la hora de irme sin ella y casi sin querer partir y dejar a aquel amigo incondicional me pregunté: ¿Y QUE HORA ES?


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