Con lagrimas en mis ojos digo: Tantas esperanzas que tenia mi hermanito con ese muchacho para que viviera.Si hubiera podido cambiar su propia vida por la de su hijo, lo hubiera hecho. Cuanto esfuerzo y sacrificio durante cinco largos años, sin escatimar gastos, tiempo ni destrasnochos. Cualquier cosa que se hubiera presentado, el estaba dispuesto, pendiente. Sacrifico su orgullo, su propia moral, su reputación y le hizo frente a lo inevitable, a lo predecible. Lo enfrento con entereza, busco la manera de no involucrar a nadie, el solo lucho a brazo partido, dolido, golpeado por la vida y sus circunstancias....y así se aferro a Dios nuestro señor. Era su muchacho, nuestro muchachito, aquel cabezoncito querido que tantas ilusiones teníamos con el, que vivió y nos hizo vivir con sus alegrías, sus ocurrencias, aquel niño educado con ahinco que una vez adolescente se nos escapo y salio con sus alas extendidas hacia el mundo que lo esperaba ansioso, para disfrutar de su juventud, su fuerza, su creciente energía Ese muchachito que fue secuestrado por las circunstancias, un día se nos escapo de las manos y no volvimos a tenerlo, nos dejo huerfanos, llenos de dolor, impotentes, desolados.
Hoy mi Dios amado te pedimos con fervor y con amor que lo recibas en su ceno, lo cobijes y lo perdones.
Que Dios te bendiga mi querido y amado sobrino Roque Alejandro, Paz a tus restos.
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